San Juan de Ávila

Homilía pronunciada por el Arzobispo don Florencio Roselló, el pasado 10 de mayo, en la capilla del Seminario de Pamplona, con motivo de la festividad de San juan de Ávila.

Queridos sacerdotes, diáconos y seminaristas. Apez, diakono eta seminarista maiteok

Feliz día de nuestro Patrono San Juan de Ávila. En este día se hace realidad un sueño al venir a esta diócesis, ver a muchos, un gran número de sacerdotes reunidos en la mesa de la eucaristía. Impresiona ver esta Iglesia llena de tanto sacerdote, o si queréis rebosante de tanta consagración, entrega y fidelidad. Hoy hago mías las palabras de Jesús en la oración sacerdotal “Que los guardes del maligno. Santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad. Que todos sean uno, como tú Padre en mí, y yo en ti” (Jn. 17, 15. 17. 21). Hoy ruego de manera especial por cada uno de vosotros, por vuestra fidelidad y para que todos seáis uno. Que viváis la comunión y fraternidad. Me dicen que para la comida somos casi 170 sacerdotes, y alguno más que no se puede quedar. Esta participación es un signo de nuestra identidad sacerdotal, y de la comunión con nuestros hermanos en el presbiterio. Una imagen de fraternidad que anima y motiva. Seminaristas!! mirad lo que hay ante vosotros, es entrega, fidelidad y compromiso, vida gastada y desgastada por el evangelio.

Queridos hermanos sacerdotes, gracias. He hablado ya con bastantes sacerdotes, y sois de admirar. En la misa crismal, os comenté que veía vuestra entrega y sacrificio por acercar la Palabra de Dios a las personas encomendadas y era justo reconocerlo. Gracias por las horas regaladas a la pastoral, por los kilómetros realizados, por la entrega a la escucha y acompañamiento. Vosotros sois los nuevos Cristos ante las personas que acompañáis S. Juan de Ávila insiste mucho en que el sacerdote actúa “en persona de Cristo” (Carta 57, OC IV, 233). El sacerdote “Ha de ser la representación tan verdadera que el sacerdote se transforme en Cristo” (Trat. Sacerdocio, OC I, 931). Sois imagen de Cristo, y si esa imagen convence, seréis Palabra de Cristo, pero antes imagen, vida.

Esta fiesta de San Juan de Ávila está enriquecida por la fiesta de unos hermanos sacerdotes que celebran el aniversario de su ordenación sacerdotal: veinte hermanos nuestros celebran las bodas de diamante; dos sacerdotes bodas de oro; y seis bodas de plata. Como el salmista digo “Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con himnos, dándole gracias y bendiciendo su nombre” (Sal. 100, 4). Hoy vosotros creáis un nuevo salmo de alabanza y de acción de gracias. Hoy, sois vosotros la letra y la música de el salmo de nuestra diócesis de Pamplona y Tudela.

Decimos los números de los homenajeados con mucha ligereza. Pero estos años están llenos de historias pastorales, de historias humanas y de historias de caridad. Queridos hermanos, ¡Felicidades! ¡Enhorabuena!, todas palabras que utilice nunca podrán recoger todo lo que habéis dado a la Iglesia y a la diócesis. Zorionak! Ez dago hitz nahikorik Elizari eta elizbarrutiari eman diozuen guztia adierazteko.

Os invito a los que celebráis vuestra ordenación sacerdotal que volváis la mirada hacia atrás, imaginad la foto de vuestra ordenación, el obispo que os ordenó, las lecturas que se leyeron, las palabras del Obispo, la gente que os acompañaba. Es bueno “hacer memoria” y “memoria agradecida” Zuen apez ordenazioaren urtemuga ospatzen duzuenoi atzera begiratzera dei egiten dizuet. Gauza ona da memoria berritzea eta hau esker onez egitea.

Juan de Ávila es el Patrono del clero secular español. Patrono quiere decir defensor, intercesor, abogado, guía y modelo. Es modelo de sacerdotes. En Juan de Ávila encontramos un inspirador de una vida sacerdotal santa y de un sacerdote con un celo encendido por las almas. Apezen patroia dugu Joan Avilakoa. Eta “patroi” hitzak zera esan nahi du: babeslea, bitartekaria, abokatua, gidaria eta eredua.

Admirador de San Pablo, hace referencia a la fuerza de la predicación. escribe una carta en la que anima a no callar, a proclamar con valentía el evangelio “La verdad no se ha de callar, y débase decir con mucha afirmación, diciendo que, aunque el ángel del cielo otra cosa evangelizare, no debe de ser creído” (cf, Gál. 1, 8) (Carta 228, OC IV, 732.) Qué ejemplo de valentía al anunciar el evangelio desafiando todos los peligros y amenazas. Entrega sacerdotal en beneficio de la Palabra de Dios, hizo suyas las palabras de San Pablo “Ay de mí, sino evangelizare” (1Cor. 9, 16)

Descubramos una vez más en su figura al maestro eminente, al predicador evangélico y ardoroso, al santo pobre y humilde, catequista divulgador de la verdad, director espiritual prudente y consejero discreto de seis santos, que forjó su doctrina en el estudio constante y en la oración profunda, eucarística y mariana.

San Juan de Ávila, enriquece el amor a Cristo Crucificado a través de la caridad pastoral. En sus homilías decía “Ha de arder en el corazón del sacerdote un fuego de amor de Dios y celo por las almas” (Plática 7). En su plática presenta los sectores marginados de la época: los enfermos, hombres del campo, como los pastores, los gañanes, los caminantes, los trajineros y los carreteros. A los sacerdotes los llama a vivir pobres para vivir cerca de los labradores que sufren sembrando y recogiendo, y cargados de hijos que andan descalzos, echándose por el suelo.

Gracias queridos sacerdotes porque “La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región” (Hch. 13, 49). «Jaunaren mezua zabalduz zihoan eskualde hartan guztian». Oraingoz, Jainkoaren Hitza gure eskualde osora iristen da, gure elizbarrutiko leku guztietara. Esto es lo que nos dice la primera lectura. La Palabra de Dios se iba difundiendo entre los gentiles, la Buena Noticia no tenía fronteras, y eso molesta a los judíos. Pero es verdad, el evangelio es para todos. Nadie tiene la exclusividad. Es verdad, os oigo hablar y me habláis de pueblos muy pequeños, y allí que vais. Celebráis la misa y hacéis presencia de Iglesia entre gente mayor o enferma. Os acercáis a la gente que va a misa y también a la que no va, y eso os hace auténticos evangelizadores. En definitiva, sois los nuevos apóstoles. Y hoy merecéis que yo os diga gracias. Para mucha gente de nuestros pueblos y parroquias, la única palabra positiva es la del sacerdote.

Pero además sois sacerdotes para todos. Sé que a veces esto nos puede costar, pues nos relacionamos con los que vienen a misa, a los más cercanos, pero en la primera lectura los discípulos anuncian la Palabra de Dios a los gentiles, a los no creyentes. Recordad que el Cardenal Mons. Juan José Omella en mi ordenación me dijo que “eres obispo de todos, creyentes y no creyentes”, y esta actitud nos abre a la misericordia de Dios. Hoy en día se habla del primer anuncio, y los apóstoles lo viven y lo practican. El sacerdote está llamado a salir de la Iglesia, y acercarse también a los gentiles de nuestro tiempo. Ese primer anuncio cobra mucha fuerza en nuestro tiempo. Apeza Elizaren esparrutik ateratzera deitua dago, eta gure garaiko jentilengana ere hurbiltzera. Lehen iragarpen honek indar handia hartzen du gure garaian.

En el evangelio se nos recuerda que el Señor nos ha colocado en medio del mundo para ser sal y luz. Pero es importante hacer una advertencia La sal no existe para sí, sino para dar sabor a la comida. Para tener sentido tiene que entrar en contacto con los alimentos, sino no tiene sentido. Igual nuestro sacerdocio para tener sentido es cuando entra en contacto con los demás, que ayuda a alcanzar sentido. La luz no existe para sí, sino para iluminar el camino. El sacerdote no existe para sí, no existimos para nosotros sino para entregarnos por los otros. Existimos para ser faro en este mundo desorientado y que camina en la oscuridad. Para ser sal para mucha gente que no encuentra sentido a su vida. Nuestro ministerio sacerdotal, con este evangelio, se convierte en Iglesia en salida, pues somos sacerdotes para los demás, somos sacerdotes para entregarnos a los demás. Nadie es sacerdote para encerrase en su casa, sino para salir, para encontrarse con la gente, para ser sal y luz.

Queridos sacerdotes, han pasado cien días de mi llegada a esta diócesis. Todavía debo de conocer mucho, es muy variada y plural, y lo digo tanto a nivel religioso como social y político. Pues la Iglesia también tiene que vivir su ministerio en este ambiente, a veces polarizado. Pero también debo de comenzar a actuar, a aterrizar, a responder a expectativas generadas.

Querría compartir con todos vosotros varias realidades de nuestra diócesis:

Jubileo de la Esperanza

Ayer 9 de mayo el Papa publicaba la Bula “Spes non confundit” “La esperanza no defrauda” (Rm. 5,5). Nos dice, “Que el jubileo sea para todos ocasión de reavivar la esperanza”. Tiene 25 puntos y la Bula trata de llevar esperanza a los sectores más desfavorecidos de nuestra sociedad. Se establece que comience el domingo 29 de diciembre de este año 2024 con una celebración en todas las catedrales clausurándose el Año Jubilar el domingo 28 de diciembre de 2025.. Ese día dará comienzo el Jubileo en todas las diócesis. El Papa clausurará el Jubileo ordinario en Roma el 6 de enero de 2026. Nos recuerda el Papa “Que el Pueblo de Dios acoja, con plena participación, tanto el anuncio de esperanza de la gracia de Dios como los signos que atestiguan su eficacia”.

En nuestra diócesis hemos nombrado un responsable o coordinador del Jubileo en la persona de Luis Javier Fortún Pérez de Ciriza. Que será nuestro nexo de unión con los responsables del Jubileo de la CEE.

Sínodo

Os pido entrar en el sínodo. El Papa Francisco ha escrito a los párrocos “ “Nunca llegaremos a ser una Iglesia sinodal misionera si las comunidades parroquiales no hacen de la participación de todos los bautizados, en la única misión de anunciar el Evangelio el rasgo característico de sus vidas. Si las parroquias no son sinodales y misioneras, tampoco lo será la Iglesia”. (Carta del Papa Francisco a los párrocos. Roma 2 de mayo 2024).

Hablamos de programación pastoral, de primer anuncio, de renovación. Nos quejamos de que siempre hacemos lo mismo. Nuestra diócesis ha presentado también su informe en la CEE, apuntando algunos aspectos:

La mujer en la vida y misión de la Iglesia.
Los pobres, protagonistas del camino de la Iglesia
Por una Iglesia que escucha y acompaña.

Se pedía:

Consejo Diocesano de Pastoral
Plan Diocesano de Pastoral
Mejorar la comunicación de la Iglesia.

Consejo Diocesano de Pastoral.

He dado prioridad al Consejo Diocesano de Pastoral para dar más participación a los laicos, en septiembre comenzaremos a renovar el Consejo Presbiteral. Creo que el sínodo nos está pidiendo esta participación laical en la vida de nuestra Iglesia diocesana. Este Consejo estará constituido por 40 personas, 13 sacerdotes y 27 laicos. Quiero que esté constituido a mediados de junio.

Plan Diocesano de Pastoral

Este Consejo comenzará a elaborar un Plan Diocesano de Pastoral a partir del curso que viene. Pido a todos los sacerdotes y diáconos a colaborar y “arrimar” el hombro para que esto sea una realidad.

Consejo de Gobierno

Quiero constituir el Gobierno de la diócesis contando con todos vosotros, los sacerdotes. Por eso, a partir de mediados de mayo voy a realizar una consulta para el nombramiento de Vicarios, tanto territorial como General. Recibiréis una tarjeta donde se os pedirá que pongáis un nombre para Vicario Territorial, de la zona en que os encontréis ahora y un nombre para Vicario General. Si hablo de sinodalidad, debo de predicar con el ejemplo, por eso hago esta consulta.

Ongi ospatu jai haundi hau Eskerri asko

Disfrutemos de la celebración, disfrutemos de la fiesta, pero, sobre todo, disfrutemos de nosotros, los sacerdotes, los uno de los otros.

Que Dios os bendiga.

+ Florencio Roselló Avellanas

Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela