El pasado 29 de noviembre, Pamplona celebró la fiesta de su patrón, San Saturnino, y lo hizo con su tradicional procesión por las calles del casco antiguo de la ciudad y la celebración de la Santa Misa en la parroquia que lleva su nombre y que alberga la imagen de este santo.
Cientos de pamploneses salieron a la calle para honrar a su patrón en una procesión que recorrió las calles San Saturnino, Mayor, Doctor Arazuri y calle Nueva, para finalizar, a las once de la mañana, en el interior del templo.
La imagen del santo fue portada a hombros y estuvo acompañada por la Comparsa de Gigantes y Cabezudos, la Pamplonesa, la corporación municipal, los dantzaris y txistularis municipales, clarineros y timbaleros, libreas, maceros, guardia de gala y autoridades eclesiales.
Una vez en la iglesia de San Saturnino, el Arzobispo, Mons. Francisco Pérez, presidió la Eucaristía. En la homilía recordó, en pequeños trazos, la vida de San Saturnino y después afirmó que “como cristianos nos debemos a Jesucristo, como Maestro y modelo de vida”. Recordando las palabras de Papa emérito Benedicto XVI, afirmó que “la vida cristiana exige el martirio de la fidelidad cotidiana al Evangelio, es decir, la valentía de dejar que Cristo crezca en nosotros, que sea Cristo quien oriente nuestro pensamiento y nuestras acciones”. “Que San Saturnino nos ayude a ser auténticos testigos de este Amor”.
La parte musical de la celebración corrió a cargo de la Capilla de Música de la Catedral de Pamplona, dirigida por el maestro de capilla Aurelio Sagaseta, y contó también con la colaboración del Orfeón Pamplonés y la Orquesta Sinfónica de Navarra.