El pasado 26 de julio, la ciudad de Tudela celebró la fiesta de San Joaquín y Santa Ana, su patrona. Y aunque debido a la pandemia, no se pudo celebrar la tradicional procesión por las calles, las celebraciones litúrgicas sí se llevaron a cabo cumpliendo con las medidas de aforo establecidas.
La Misa Mayor tuvo lugar a las once de la mañana, y fue presidida por nuestro Arzobispo, Mons. Francisco Pérez, quien estuvo acompañado por el Obispo Auxiliar, Mons. Juan Antonio Aznárez, el propio Deán de la Catedral de Tudela y varios sacerdotes más.
De nuevo, al igual que pasó en el resto de las celebraciones, se volvió a completar el aforo máximo permitido de 300 personas, entre las que encontraban el alcalde de Tudela, Alejandro Toquero, varios concejales de NA+ y el presidente de UPN, Javier Esparza.
En su homilía, el Arzobispo recalcó que “la fe hace posible que la fiesta no decaiga” y recordó que “la procesión va por dentro, aunque no la hagamos por la calle”. “Gracias a la espiritualidad, lo podemos celebrar y alabar a San Joaquín y Santa Ana”. Francisco Pérez continuó diciendo que, “en estos momentos, nos podemos sentir con miedos, incluso apresados”, al tiempo que añadió que “siempre en la historia ha habido pandemias, pero ahí tenemos a Jesús, que es el camino, la verdad y la vida”.
El punto y final a la Eucaristía lo puso el coro Joaquín Gaztambide, con la brillante interpretación del Himno a Santa Ana.