Los catequistas abren puertas a la esperanza

El pasado 22 de febrero se celebró en Pamplona el Día del Catequista, un encuentro festivo para reconocer y agradecer la entrega, la generosidad y el esfuerzo de los cientos de catequistas que, año tras año, entregan su tiempo para evangelizar a niños, jóvenes y adultos en nuestra Diócesis de Pamplona y Tudela.

En el marco del Año Jubilar de la Esperanza, la delegación diocesana de Catequesis celebró, el pasado 22 de febrero, el Día del Catequista, una jornada festiva para agradecer la labor tan importante que llevan a cabo todos los catequistas de nuestra Diócesis.
Este año la jornada llevó por lema “Puertas a la esperanza”, en referencia al Año jubilar. Y es que los catequistas de nuestra Diócesis participaron en la procesión desde la plaza del Arzobispado hasta la Catedral de Santa María la Real de Pamplona, para realizar la entrada jubilar al templo. Una vez dentro, participaron en la Santa Misa, presidia por el Arzobispo don Florencio y concelebrada por varios sacerdotes.
Pero la jornada comenzó en la parroquia de San Nicolás, donde tuvo lugar la bienvenida por parte del delegado de Catequesis, Francisco Javier Ahechu y del párroco, César Magaña. A continuación, el delegado de Catequesis, la secretaria de la delegación, Rosa Latienda, y varios miembros del nuevo equipo de Catequesis explicaron el nuevo proyecto en el que se está trabajando, así como los trabajos que se han realizado hasta ahora. Un proyecto ilusionante con nuevos retos para la evangelización.
Tras un rato de oración ante el Santísimo, los más de 500 catequistas que participaron en la jornada fueron andando hasta la plaza de Santa María la Real para realizar la procesión hasta la Catedral. Una vez en el templo, don Florencio les recordó a los catequistas que debían ser responsables de su enseñanza, “que sea acorde a lo que la Iglesia nos enseña y predica”. También les recordó que “de alguna manera los catequistas, los responsables de la formación cristiana en las parroquias, sois una pequeña cátedra de la fe para niños y jóvenes que se acercan a nuestras catequesis”. Y les animó afirmando que la labor del catequista es difícil en nuestros días, pero sumamente valiosa y necesaria. “Os animo a seguir, a pensar que sois luz, camino, verdad y vida para muchos niños de vuestros grupos de catequesis. Despertáis cariño y amor en esos niños. La catequesis despierta sentimientos buenos y positivos en los niños, por eso debemos hacer el esfuerzo de continuar, de ser fieles a nuestro compromiso”.
La jornada finalizó con una comida fraterna en el Hotel Tres Reyes en la que los catequistas disfrutaron charlando y compartiendo sus experiencias. Un día inolvidable que volverá a repetirse el próximo año. ❏

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