75 aniversario del barrio de la Chantrea

Homilía pronunciada por el Arzobispo don Florencio, el pasado 19 de marzo, en la parroquia de San José de Pamplona, con motivo de los 75 años de la colocación de la primera piedra en el barrio de la Chantrea.

Querido párroco D. Ramón. Queridos seglares de la parroquia San José de la Txantrea. Nuestro barrio se viste de fiesta, que tiene un contenido doblemente festivo: la fiesta de San José, y la colocación de la 1ª piedra hace 75 años.

Hoy nos convoca nuestro patrón, San José, esposo de la Virgen María y padre adoptivo de Jesús. Una figura silenciosa, de pocas palabras, que nos ha traído hasta aquí. Nuestro patrón, un trabajador, un obrero, como la mayoría de los habitantes de este barrio, de la Txantrea. Si alguien puede entender la vida obrera de San José son los habitantes de nuestro barrio. Una vida de trabajo, de entrega y austeridad, para tener lo que hoy es nuestro orgullo, el barrio de la Txatrea.

En un año en que celebramos y recordamos la colocación de la primera piedra de lo que hoy es nuestro barriohace 75 años. En el año 1950, un día como hoy, se inició la construcción de nuestro barrio. Se puso la primera piedra.  Y la Iglesia también quiere celebrarlo y darle gracias a Dios. Un año en el que nos lleva a sentirnos orgullosos de todo lo que hemos conseguido, con nuestro trabajo, esfuerzo y dinero. Seguramente sin las gentes, sin la comunidad que en 1950 se formó, no tendríamos este barrio. Es momento de dar gracias a Dios y de sentirnos orgullosos de lo conseguido.

Pero todo obrero tiene un modelo, un ejemplo de entrega y compromiso. Y nuestro barrio de la Txantrea se fija en San José, carpintero, obrero de la madera, comprometido con María y Jesús. Atento siempre a la voluntad del Padre. Posiblemente la fe de San José es lo que permitió que el niño Jesús saliera adelante.

San José es un modelo de fe profunda y obediencia a la voluntad de Dios. El pasaje de Samuel, de la primera lectura, nos muestra cómo Dios obra en la historia a través de instrumentos humildes y fieles, y San José es precisamente uno de esos instrumentos. A través de su vida sencilla y su disposición a seguir la voluntad divina, San José se convierte en el hombre elegido para cuidar, proteger y educar al mismo Hijo de Dios. San José es el modelo de tanta gente que en nuestra parroquia y en nuestro barrio se entregan por el bien común, por la mejora de la gente de la parroquia y del barrio.

El Evangelio nos presenta a San José como humano, ¿por qué?, porque duda, porque no tiene claro lo que Dios le pide. Esa duda que aparece en el evangelio le lleva a pensar “decidió repudiarla en secreto”, es decir lo mismo que abandonar a María. No comprendía cómo esto había sucedido, y la decisión que tenía que tomar no era fácil. En el contexto cultural y religioso de la época, José tenía todo el derecho de repudiar a María, pero él, siendo un hombre justo, decide actuar con misericordia, pensando en cómo protegerla. Ahí vemos su gran corazón y su rectitud, aunque aún no conociera el plan de Dios.

Es importante recordar que el «hombre justo» no es el que simplemente cumple con la ley, sino aquel que, guiado por el Espíritu Santo, es capaz de obrar con misericordia. Dios no abandona, y en el momento de la duda de José, al proponerle ser padre de Jesús, aparece el ángel que habla en nombre de Dios. En este momento José toma la decisión de obrar según la voluntad de Dios. Su fe le lleva a confiar en algo que va más allá de lo racional y visible.

Nosotros también, muchas vecesestamos llamados a escuchar la voz de Dios, a actuar en obediencia, aunque no comprendamos completamente el camino que Él nos presenta. La vida de San José es un modelo de fe y confianza en el plan divino, aunque este plan se escapa a la comprensión humana. Es Dios quien habla a José y le dice “José, hijo de David, no temas en acoger a María, tu mujer” (Mt, 1, 20)En momento de dificultad aparece Dios que se convierte en luz y camino, como lo hizo con José en momentos de duda. Hoy Dios, llega a nuestras vidas a través de nuestro patrón San José.

José en sueños dudó, no lo veía claro, pero al final del pasaje del evangelio, el evangelista nos dice que «cuando José despertó del sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor» (Mt, 1, 24). Al final aceptó sin condiciones ni buscó excusas. Simplemente, obedeció. Su obediencia a la palabra de Dios es un testimonio de que la verdadera fe se concreta en la acción, en el día a día, en las decisiones pequeñas y grandes que tomamos.

Que como San José estemos abiertos a la voluntad de Dios. Nos fiemos de todo lo que Dios nos pide y también nos ofrece. En esta Fiesta de San José, se nos invita a reconocer a este hombre obrero, justo, y trabajador, lleno de fe, que supo escuchar y obedecer la voz de Dios. San José comprometido con su gente nos anime y empuje a ser solidarios en nuestro barrio. A no perder los valores de solidaridad y generosidad que hace 75 años estaban en nuestro barrio de la Txantrea.  Que, como San José, podamos también nosotros decir «sí» a Dios, confiando en su plan para nuestras vidas, ayudando a completar las vidas de los demás, las de nuestra parroquia y las de nuestro barrio de la Txantrea..

Que San José nos acompañe y nos ayude a ser fieles en nuestra misión de ser testigos del amor de Dios en nuestras familias, y en nuestro barrio.

+ Florencio Roselló Avellanas O de M

Arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela

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