
Homilía pronunciada por el Arzobispo don Florencio Roselló, el pasado 6 de abril, en la Catedral de Pamplona con motivo de la fiesta de San Jorge, patrón de los Scouts.
Hoy nos reunimos para celebrar la fiesta de San Jorge, nuestro patrón, un santo cuya vida inspira especialmente a los scouts. Es conocido como un modelo de valentía, fe y servicio, cualidades que son muy importantes en nuestra vida como scouts.
San Jorge ha inspirado a generaciones de personas a luchar no solo contra dragones y enemigos visibles, sino contra aquellos desafíos que nos alejan de Dios. La leyenda de su valentía, enfrentándose al dragón es un símbolo de cómo, los cristianos, debemos enfrentarnos a los males y tentaciones que nos amenazan con destruir nuestra paz y nuestro amor por Dios.
Este dragón es una representación de todos esos obstáculos que se presentan en nuestra vida diaria: el miedo, el egoísmo, el pecado. San Jorge nos recuerda que, con la ayuda de Dios, podemos vencer todo lo que se nos interponga en el camino hacia la santidad. Como scouts, estamos llamados a vivir este ideal de valentía, no en un sentido de lucha física, sino como un compromiso con la verdad, la justicia y el amor al prójimo.
Los Scouts siguen el ejemplo de San Jorge al comprometerse a vivir con principios sólidos. Cada Scout es invitado a ser honesto, respetuoso y responsable, pero sobre todo, a ser valiente y generoso. al igual que San Jorge, los Scouts tienen la misión de servir a la comunidad, de estar al servicio de los demás sin buscar recompensas ni reconocimiento. En nuestra promesa scout nos comprometemos a: «Prometo por mi honor, y con la ayuda de Dios, hacer cuanto de mí dependa para: amar a Dios y ser un buen ciudadano, ayudar al prójimo en cualquier circunstancia y a vivir de acuerdo con la ley scout». este compromiso es un reflejo de la valentía de San Jorge, quien no dudó en poner en práctica su fe, incluso en situaciones difíciles.
San Jorge también nos recuerda la importancia de ser defensores de los débiles. En su vida, luchó por aquellos que no podían defenderse por sí mismos, y así también los scouts estamos llamados a ser protectores de los vulnerables. En nuestra sociedad actual, esto puede implicar defender a los niños, a los pobres, a los que sufren, a los que son perseguidos. Como scouts, debemos ser los primeros en levantarnos contra la injusticia, en extender la mano al que más lo necesita, y ser ejemplo de compromiso. Defender y ayudar a los pobres de nuestra sociedad es poner en el centro a Jesús pobre y abandonado. Los pobres son el centro del evangelio y también el centro del movimiento scout.
San Pablo comienza la segunda lectura diciéndonos: «Todo lo tengo por pérdida, a causa de la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor» (Fil. 3, 8). Este es un llamado directo a analizar lo que es importante en nuestra vida. En su vida, él eligió seguir a Cristo por encima de cualquier otra cosa. La vida de San Jorge, llena de sacrificio y valentía, nos enseña que el amor a Cristo debe ser el centro de nuestra existencia.
Este año el Papa Francisco nos ha invitado a vivir el Jubileo de la Esperanza. Todo año jubilar es una oportunidad para la renovación, para el cambio, para mirar adelante y dejar atrás el pasado. Hoy, es un buen momento para levantarnos como scouts y volver a comenzar, dejar atrás lo que nos pesa y abrazar la nueva vida que Dios nos ofrece. Nuestro movimiento scout también está llamado a renovarse, a vivir el Jubileo con mirada de esperanza y de futuro. Teniendo presente el sínodo de la Iglesia, que nos invita a ser espacio de escucha y acogida. Primero entre nosotros, y luego con el resto de la sociedad.
En el Evangelio que hemos escuchado hoy, nos encontramos con una historia de misericordia, de justicia y de compasión. Una mujer es traída ante Jesús acusada de adulterio, un pecado grave según la ley de Moisés, y los escribas y fariseos esperan que Jesús, se pronuncie para que esta mujer sea apedreada, como era la costumbre en esos tiempos. Pero Jesús humaniza el pecado y regala la misericordia a la mujer adúltera y la redime.
San Jorge, al igual que Jesús, nos invita a vivir una vida de compromiso y entrega que se basa en la verdad y la misericordia. Los scouts, inspirados por el ejemplo de San Jorge, están llamados a defender al pobre, al vulnerable, pero siempre con el corazón dispuesto a la misericordia. Un scout es alguien que, como Jesús, ve en el pobre alguien a quien la vida le ha tratado mal y necesita del compromiso de un scout, el compromiso de amor y misericordia que humaniza y libera.
Hoy, al celebrar a San Jorge, pensemos en cómo podemos vivir su ejemplo. Como scouts, estamos llamados no solo a ser valientes en la defensa de lo justo, sino también a ser portadores de misericordia y compasión. Vivir según el ejemplo de Jesús implica ser como Él: inclinarse ante el que sufre, no para juzgarlo, sino para ofrecerle la oportunidad de un nuevo comienzo. Renovemos nuestro compromiso con los ideales scout: valentía, servicio, lealtad y amor al prójimo. Sigamos su ejemplo y, como él, nunca tengamos miedo de enfrentar los desafíos que se nos presenten, siempre guiados por nuestra fe en Dios y nuestro amor por los demás.
+ Florencio Roselló Avellanas O de M
Arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela