
Homilía pronunciada por el Arzobispo don Florencio Roselló, el pasado 4 de octubre, en la capilla de San Fermín de Pamplona, con motivo de la Fiesta de la Policía Nacional
Queridos sacerdotes concelebrantes, mandos de la policía nacional, autoridades civiles, judiciales y militares
Celebramos hoy la fiesta de los ángeles custodios patrón de la policía nacional. Una fiesta que nos recuerda nuestra debilidad, porque necesitamos que alguien nos sostenga, que alguien nos proteja. Nos creemos autosuficientes, pero en realidad somos débiles y dependientes. Los ángeles creados por Dios tienen como misión la de ayudar al ser humano, a protegerlo de todo mal, y acercarlo a Dios. Toda gesto y acción de los ángeles nos lleva a Dios.
La misión de los ángeles custodios es acompañar a cada persona por el camino de la vida, cuidarla y protegerla, así nos lo ha dicho el salmo 90 que hemos escuchado en la palabra de Dios, “Que sus ángeles te cuiden en todos tus caminos”. Teniendo a los ángeles de Dios en nuestra vida, qué podemos temer. Dice “en todos tus caminos” es decir siempre. Porque nadie puede caminar solo “Pero, observó, «nadie camina solo: ¡nadie!». Porque «nadie puede caminar por sí solo». Y «si uno de nosotros creyese que puede caminar solo, se equivocaría mucho» y «caería en ese error, tan feo, que es la soberbia: creer ser grande». Terminando por tener esa actitud de «suficiencia» que le lleva a decirse así mismo: «Yo puedo, yo lo hago» solo”. (Papa Francisco. Roma, 2 octubre 2014)
Los ángeles custodios también tienen como misión proteger al hombre de los peligros del alma y del cuerpo, protegerlo del mal, y guiarlo a Dios. Los ángeles de Dios protegen, porque como creaturas de Dios, el Padre quiere que volvamos a Él. “Por otra parte, la presencia y el papel de los Ángeles en nuestra vida son más importantes aún – porque tal como hizo notar Francisco – no sólo nos ayudan a caminar bien, sino que nos muestran también “dónde debemos llegar”. (Papa Francisco. Roma 2 octubre 2018). Los ángeles custodios, además de protegernos son luces en nuestro camino que nos indican la senda a seguir.
La primera lectura que hemos escuchado nos presenta un gesto de amor del Padre, pero también un compromiso. Primero el gesto de amor lo expresa diciendo “Voy a enviar un Ángel delante de ti, para que te proteja en el camino” (Ex. 23, 20), porque nos quiere y nos cuida como un padre. Pero también nos lanza un aviso “Si tú escuchas realmente su voz y haces lo que te diga seré enemigo de tus enemigos…” (Ex. 23, 22). Dios nos pide que le escuchemos, que vivamos una vida según Dios. Dios nos habla y su voz ya es sanadora, es protectora.
Queridos policías nacionales que celebráis vuestro patrono. Hoy os reconocemos como nuestros ángeles custodios, y os decimos gracias. Muchas de vuestras actuaciones son anónimas, nadie sabe vuestros nombres, no conocemos vuestras caras, actuáis de manera ejemplar. Sois los ángeles custodios, anónimos, silenciosos y serviciales. La Iglesia quiere reconocer vuestra entrega que es nuestra seguridad, vuestro riesgo que es nuestra fortaleza, vuestro compromiso que es nuestra paz. Arriesgáis vidas, las entregáis con generosidad. En este día la Iglesia quiere acompañaros y rezar por vosotros, por vuestras familias y compañeros fallecidos.
Y también vosotros necesitáis ese ángel custodio, ese ángel de la guarda que os cuide y proteja. No solo de los peligros, también que oriente vuestra vida, que ilumine vuestro camino en los momentos de duda. Nadie camina solo, nadie es autosuficiente. A veces podéis creer que como os tenemos como nuestros ángeles de la guarda, vosotros sois autosuficientes y no necesitáis de nadie, y no es así. Todos somos humanos y necesitados de ayuda y del amor de Dios. También vosotros necesitáis un ángel a vuestro lado.
En el evangelio aparecen como más necesitados de ángeles, los niños. El evangelio nos transmite que los más necesitados de ángeles, son los pobres, los que menos posibilidades tienen en la vida, los que menos cuentan, como eran los niños en tiempo de Jesús. En el día de vuestro Patrón os animo a que de manera especial ayudéis y protejáis a la gente sencilla, a los mayores, a los niños, a los que viven solos. Sed ángeles también para los que no tienen mucho protagonismo en la sociedad, los pobres, los sencillos, los humildes, los inmigrantes. Veo por imágenes en televisión cómo sois cercanía para ellos. Realmente para muchos de ellos sois verdaderos ángeles.
Con vosotros, quiero recordar a vuestras familias. No resulta fácil para ellas entender vuestra profesión, por los riesgos que ello supone. Detrás de un gran policía, siempre hay una familia, que son también vuestros ángeles custodios. Muchas veces la familia es el motor de vuestra profesión.
Imagino que el Cuerpo Nacional de Policía lleváis muy dentro la devoción por los Ángeles Custodios. El común de los cristianos debiéramos tenerlos más presentes, porque Dios nos asigna un ángel a cada uno. Yo os animo a acudir a los ángeles, en medio de vuestro trabajo. Un trabajo con tantos momentos de peligro, en el que ponéis por encima de todo el servicio público, la defensa de los ciudadanos, la defensa del orden constitucional y la defensa de los derechos fundamentales. Labor que exige incluso un sacrificio de vuestra propia vida”.
+ Florencio Roselló Avellanas O de M
Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela