Con motivo del día de Todos los Santos, la parroquia de San Fermín de Pamplona, en la Milagrosa, animó a todos los niños a acudir a la Misa disfrazados de sus santos favoritos. Y allí aparecieron santos y santas de todas las épocas y carismas. Había profetas como Ezequiel, mártires como santa Inés, san Sebastián, santa Cecilia y San Fermín, religiosas como santa Teresita de Lisieux y santa Teresa de Calcuta, religiosos como el padre Pío, reinas como santa Isabel de Hungría, papas como san Juan Pablo II, santos sencillos como el indio Juan Diego y los pastorcillos de Fátima e incluso soldados romanos como san Longinos, el que traspasó con su lanza el costado de Cristo y su túnica quedó lavada con su sangre y agua. Así, la homilía se convirtió en una gran catequesis en el que se mostraron los caminos para llegar al Cielo y contemplar a Dios. Los pequeños sorprendieron a los presentes con sus grandes conocimientos de los santos que encarnaban y les hicieron caer en la cuenta de la necesidad de hacerse como niños para entrar en el reino de los Cielos.