El pasado viernes, 26 de marzo, concluyó, en la parroquia de San Lorenzo de Pamplona, el Septenario dedicado a Nuestra Señora de la Soledad.
La celebración, que tuvo lugar a las siete y media de la tarde, fue presidida por nuestro Arzobispo, Mons. Francisco Pérez, quien indicó que “la Virgen María, en medio de su fuerte dolor al pie de la Cruz y viendo el sufrimiento de su Hijo, no desesperó, sino que lo acompañó, mientras los demás abandonaban a su Hijo. Desde la Cruz nos dejó a la Virgen como Madre de la humanidad. “Madre ahí tienes a tu hijo (Juan apóstol) e hijo ahí tienes a tu Madre”. Desde entonces es nuestra Madre y nos acompaña en todos nuestros dolores y sufrimientos”. “Cuando uno contempla la Piedad de Miguel Ángel nos sentimos reflejados, puesto que María sostiene a Jesús muerto con la certeza de que resucitará. Lo Mismo nos ocurre a nosotros cuando tenemos una cruz, que nos sostiene la Virgen como a Jesús, sabiendo que la vida vencerá a la muerte con la Resurrección”, explicó don Francisco.
Durante la celebración, se contó con la participación del Coro de Voces Graves de Pamplona, que dirige Pedro Mª Ardaiz, que en esta ocasión estuvo tocando el órgano.