San Blas es una fiesta con gran arraigo en nuestra Diócesis. El 3 de febrero, muchas localidades como Peralta, Burlada, Milagro, Ribaforada, Lodosa o Pamplona celebran esta fiesta en la que es tradición bendecir los alimentos.
Debido a la pandemia, en algunas localidades, como es el caso de Lodosa, se suspendió la tradicional procesión con la imagen del santo. En otras como en Pamplona, la imagen volvió a salir a la calle, después de que el pasado año se viera suspendida.
En Peralta, el 3 de febrero es una fecha muy señalada. A las siete de la mañana salieron los Auroros y a las 12 partió la procesión por las calles de la localidad para terminar con la celebración de la Santa Misa, presidida por el nuevo párroco, Jorge Tejero. Al finalizar la celebración, se bendijeron los roscos.
En Lodosa, pese a suspenderse la procesión, el párroco, Iñigo Ugalde, bendijo los roscos de los numerosos vecinos que se habían acercado hasta la explanada que hay junto a la iglesia.
Pamplona volvió a sacar en procesión la imagen de San Blas, junto con una reliquia. La imagen recorrió el Paseo Sarasate, donde se habían instalado los puestos de dulces. El párroco, César Magaña, bendijo los puestos para después celebrar la Misa Mayor, con la presencia de representantes del Ayuntamiento de Pamplona. A lo largo de todo el día se estuvieron bendiciendo alimentos en el interior de la parroquia de San Nicolás.
Milagro también sacó en procesión la imagen de San Blas acompañado de la Banda de Música y los Quintos nacidos en 2004 y 2003. Pero la fiesta en honor a este santo se celebró durante varios días. El día previo a la fiesta, tuvo lugar la bendición de roscos la Salve en honor al santo en el interior de la parroquia. Además, se llevó a cabo, en la plaza de la iglesia, el encendido de la hoguera de San Blas y el reparto de roscos, nueces e higos.