Primera Javierada en el Jubileo de la Esperanza

“Un año más, San Francisco Javier nos convoca a visitar su casa, a recordar su historia y a imitar su vida. Javier tiene magia, impacta, tiene un encanto especial, que para entenderlo hay que acercarse cada año a este lugar”. Con estas palabras comenzó don Florencio Roselló, Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela, la homilía de la primera Javierada de este año 2025, un año marcado por el Jubileo de la Esperanza.

Y es que pese al frío, la lluvia y el viento, miles de peregrinos venidos desde diferentes puntos de la geografía navarra, así como de diferentes lugares de España, como Madrid o Zaragoza, realizaron andando esta Javierada con la alegría y la esperanza de llegar hasta la cuna de nuestro santo patrón para pedirle a San Francisco Javier diferentes intenciones.

Un día antes, muchos peregrinos partían hacia Javier parando en Sangüesa y haciendo noche allí, como fue el caso del grupo de más de 70 jóvenes de la parroquia de Santa María de Ermitagaña. Ese día, Javier acogió la Misa de acogida del peregrino, presidida por el Vicario general, Miguel Larrambebere, y concelebrada por una docena de sacerdotes. Ese primer día de peregrinación se contabilizaron 17 autobuses, 757 turismos y 3878 personas.

A las ocho de la mañana del domingo, 9 de marzo, partía desde Sangüesa, rumbo a Javier, el Vía Crucis. Una vez en la explanada del Castillo, a las diez de la mañana, se ha celebrado la Misa, presidida por el Arzobispo don Florencio Roselló y concelebrada por Mons. Juan Esteban, Obispos emérito de Aguarico, en Ecuador, y el Arzobispo de Zaragoza, Mons. Carlos Escribano, así como por el Superior de los Jesuitas, Carlos Moraza Ruiz de Larrea, y varios sacerdotes más.

En la homilía, don Florencio ha recordado que, al igual que san Francisco Javier, que dejó todo para ir a evangelizar, nosotros también debemos salir porque “la misión de la Iglesia es salir, llevar la buena nueva de Cristo a todos los rincones del mundo, especialmente a aquellos lugares más necesitados de la presencia de Dios. La Iglesia en salida es para acercarse a la gente que no llega a nuestra Iglesia, a los alejados, a los pobres, a los vulnerables, ellos también están llamados a participar de nuestra fe”.

También ha explicado que la Javierada quiere ser una peregrinación de la esperanza en este año del “Jubileo de la Esperanza” al que nos ha convocado el Papa Francisco.  “Todos los que peregrinamos a Javier nos convertirnos en peregrinos que transmitimos esperanza. Nuestra experiencia de fe, de oración, de amistad, tiene que ser compartida con las personas de mi entorno”.

En las peticiones se ha pedido por el Papa Francisco; por los gobernantes, para que sirvan al bien común de todos los ciudadanos, especialmente por los más necesitados; por los misioneros, para que sigan entregando su vida por el Evangelio; para que crezcan las vocaciones sacerdotales, religiosas y matrimoniales; y por todos los peregrinos que habían hecho la Javierada.

Antes de la colecta, Óscar Azcona ha pedido a los peregrinos “ser generosos para ayudar a comprar un generador”, ya que este año, la colecta de las Javieradas irá destinada al proyecto del misionero navarro Alberto Sola. Concretamente se pretende ayudar a la comunidad de los Padres Escolapios de Guanabacoa, en Cuba. Ellos necesitan un generador eléctrico para su centro cultural con guardería y clases para niños, debido a los problemas energéticos que sufre el país.

La celebración ha concluido, como es tradición, entonando el himno a San Francisco Javier, “En el eco de tus montes”, con vivan al santo y el replique de las campanas.

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