En la tarde del 5 de marzo, coincidiendo con el Miércoles de Ceniza, la Hermandad de la Pasión de del Señor realizó el traslado del paso del Cristo Alzado, desde su sede en la calle Dormitalería hasta la Catedral de Santa María la Real de Pamplona, donde permanecerá hasta el Viernes Santo, participando en los Vía Crucis que se celebran cada viernes de Cuaresma y en el Vía Crucis de las Hermanas, que tiene lugar en la mañana de Viernes Santo.
Cada año más personas participan en esta procesión que salió a las 19:40 horas desde la sede de la Hermandad. El cortejo procesional salió encabezado por la banda de tambores, el Hermano Guión, seguido de un grupo de romanos y mozorritos. Tras ellos el Paso del Cristo Alzado, portado a hombros por 20 portadores, seguido de la bandera de la Hermandad, portado por tres miembros de la Junta de Gobierno, seguido del resto de los miembros de la Junta.
El paso, del escultor Fructuoso Orduna, recorrió las calles Dormitalería, Bajada de Javier, Compañía y Curia hasta llegar a la Catedral, donde fue recibido por el Señor Arzobispo y la Curia Catedralicia. El paso fue acompañado hasta su interior donde se celebró una Eucaristía, en el marco de la cual se impuso la ceniza a los cientos de asistentes.
Mons. Florencio Roselló recordó en su homilía que en este Año Jubilar, “la Cuaresma debe de ir de la mano de la esperanza, que todo lo ilumina, todo lo renueva y que no defrauda. No debe de ser un tiempo triste, sino de esperanza”. Además, explicó que la Cuaresma nos lleva a mirar la cruz, no como un lugar de fracaso y derrota, sino como un camino hacia la victoria, hacia la resurrección. Finalmente recordó que la Iglesia nos propone tres caminos para acercarnos más a Dios: la oración, la limosna y el ayuno.