Este viernes, 11 de marzo, ha tenido lugar el tradicional Traslado de la Dolorosa, un emotivo acto que cada año congrega a más pamploneses y que supone el último peldaño de la cuaresma pamplonesa antes de dar inicio a la Semana Santa.
Unos días previos al acto, las hermanas de la Sección de Hermanas de la Soledad se encargaron de vestir la imagen de Nuestra Señora de la Soledad y colocarla sobre sus andas para su traslado. Una tarea que cumplen con toda la dedicación, el cariño y la responsabilidad que se recoge, desde sus orígenes, en los estatutos y reglamento de la Hermandad de la Pasión de Nuestro Señor.
A las nueve menos cuarto, tras la última predicación del Septenario de la Dolorosa, la imagen de la Virgen salía de la parroquia de San Lorenzo, lugar donde permanece durante todo el año, para dirigirse a la Catedral de Santa María la Real de Pamplona, donde permanecerá, custodiada por miembros de la Hermandad de la Pasión del Señor, hasta Viernes Santo, día en el que se realizará el Retorno de la Dolorosa.
La procesión, organizada por la Hermandad de la Pasión del Señor, recorrió bajo la lluvia las calles Paseo Doctor Arazuri, calle Mayor, calle San Saturnino, Plaza Consistorial, calle Mercaderes y calle Curia. Antes de la procesión, en el rincón de la Aduana, se repartieron los cirios que se utilizarían durante el recorrido de la procesión.
La Madre de Pamplona fue portada por 32 miembros de la Hermandad de Paz y Caridad, y acompañada por el grupo de los Siete Dolores, las diferentes cofradías y hermandades de la ciudad, así como por el clero de la iglesia de San Lorenzo, la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Pasión del Señor, representantes del Ayuntamiento de Pamplona, propietaria de la imagen, la banda municipal de música La Pamplonesa, que estuvo presente en el primer tramo del recorrido, y la banda de tambores de la Hermandad de la Pasión.
Cientos de fieles, pese a la intensa lluvia caída durante varios momentos de la procesión, se congregaron por las calle para acompañar a la Virgen, que realizó una breve parada al final de la calle Mayor, donde la Cofradía de San Saturnino le dedicó una canción.
Tras casi hora y media de recorrido, la imagen llegaba a la Catedral, donde era recibida por el cabildo catedralicio y cientos de fieles que esperaban allí. Una vez en el interior del templo, se realizó un breve acto que puso el punto y final al traslado. La Dolorosa permanecerá en la seo pamplonesa hasta Viernes Santo, acompañada del paso del Cristo Alzado, cuando ambos pasos se unirán a la tradicional Procesión del Santo Entierro.