La parroquia de Santa María de Ermitagaña celebró el pasado sábado, 20 de diciembre, a las 19:30 horas, una Misa Solemne en acción de gracias con motivo del 50º aniversario de su creación. La celebración coincidió, además, con los 40 años de la construcción del actual templo parroquial, recordando así una historia marcada por la fe compartida y el compromiso pastoral en el corazón del barrio.
La Eucaristía estuvo presidida por el Arzobispo de Pamplona y Tudela, don Florencio Roselló, y concelebrada por numerosos sacerdotes que, a lo largo de estas cinco décadas, han estado vinculados a la parroquia. Entre ellos destacó la presencia de Mons. Juan Carlos Elizalde, Obispo de Vitoria y antiguo párroco de Ermitagaña, cuya cercanía fue acogida con especial gratitud por la comunidad.
Durante la celebración participaron activamente todos los grupos parroquiales y la música corrió a cargo del Coro Joven de la parroquia, que acompañó la liturgia con un tono festivo y orante. Al término de la Misa, los feligreses compartieron un aperitivo fraterno, prolongando así la alegría del encuentro.
En su homilía, el Arzobispo subrayó que “cincuenta años no son solo una cifra ni una meta, sino una historia que recoge lo divino y lo humano”. Recordó que no se celebraba únicamente el aniversario de un edificio, sino la vida de una comunidad viva, especialmente teniendo en cuenta los diez primeros años en los que la parroquia estuvo ubicada en la capilla del colegio de las Hermanas Teresianas. Don Florencio invitó a vivir este aniversario como una acción de gracias por la fidelidad de Dios y como una mirada confiada hacia el futuro, animando a seguir “construyendo comunidad y familia” y a ser signo del Evangelio en el barrio y en la ciudad de Pamplona.
Por su parte, antes de terminar la celebración, el párroco, Alfredo Urzainqui, expresó con emoción que la parroquia “se ha hecho mayor”: 50 años de vida y 40 del templo actual, un tiempo de plenitud que permite reconocer los valores esenciales y afianzar el horizonte de la misión. Destacó el carácter de la parroquia como célula viva de la diócesis milenaria de Pamplona, llamada a anunciar incansablemente el Evangelio en comunión con el Obispo y con toda la Iglesia. Agradeció de manera especial a las Hermanas Teresianas la acogida durante los primeros años y dio gracias por tantos frutos sembrados: sacerdotes, catequistas, coros, servidores del culto, jóvenes y mayores que han sido “sal y luz” viviendo la fe en comunidad. Con palabras del Apocalipsis, recordó que la parroquia es signo de la “morada de Dios con los hombres”, e invocó la gracia de un renovado Pentecostés para seguir caminando sin miedo hacia el futuro.
Los actos conmemorativos comenzaron en la semana previa con diversas iniciativas. Entre ellas, una Eucaristía cantada por un grupo de jotas y varias charlas abiertas a la comunidad. La primera abordó los 50 años del desarrollo urbanístico del barrio de Ermitagaña y fue impartida por Enrique Maya, exalcalde de Pamplona y exdirector de Urbanismo. Le siguieron dos conferencias de carácter espiritual: una a cargo de José Antonio Goñi, delegado de Liturgia, titulada “¿Se puede vivir la Navidad de otro modo?”, y otra de Javier Sagasti, profesor de eclesiología del CSET, sobre “El impulso misionero en la parroquia. Claves evangélicas”.
Con esta celebración jubilar, la parroquia de Santa María de Ermitagaña renueva su acción de gracias por el camino recorrido y reafirma su compromiso de seguir anunciando a Jesucristo, sirviendo al barrio y creciendo como comunidad viva al servicio del Evangelio.

