Mensajeros de la palabra, de la voz, de la verdad

Homilía pronunciada por el Arzobispo don Florencio Roselló, el pasado 10 de octubre, en la capilla de San Fermín de Pamplona, con motivo de la reunión de directores de COPE de España


Nos hemos reunido esta tarde en un lugar simbólico para Pamplona y Navarra, en la capilla de San Fermín, copatrono de Navarra junto a San Francisco Javier, y testigo de la fe cristiana vivida con entrega y valentía hasta derramar su sangre. San Fermín, primer obispo de Pamplona, fue un pastor y misionero, alguien que no se guardó para sí mismo la Buena Noticia, sino que la llevó a todos, aun a costa de su vida. Entendió bien las palabras del Evangelio: “Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio a todas las gentes” (Mc. 16, 15).

También vosotros, directores y responsables de las diferentes emisoras del grupo Ábside Media, tenéis una misión muy parecida: sois mensajeros de la palabra, de la voz, de la verdad. Si San Fermín evangelizó en las calles y plazas, hoy vosotros hacéis resonar un mensaje en antenas y ondas, en medios digitales y redes. Las formas cambian, pero el fondo no. Vuestro mensaje debe ser esperanzador, comprometido y solidario, huyendo de la polarización y la crispación. ¡Ya tenemos bastante! Vuestra tarea en COPE no es solo llenar horas de programación, sino ser testigos de que la comunicación es un servicio. En tiempos de ruido y polarización, estáis llamados a ofrecer un testimonio de serenidad, de profesionalidad y de mirada cristiana hacia la realidad.

San Pablo nos invita a crecer en la verdad y en el amor, a dejar atrás el hombre viejo y revestirnos del hombre nuevo. En esta capilla sentimos que estas palabras no son solo teoría, sino un programa de vida. San Fermín luchó por defender y anunciar la verdad. Para vosotros estas palabras resuenan con especial fuerza, porque vuestra vocación de comunicadores os sitúa en el corazón mismo de esta tensión: ¿cómo vivir en la verdad y en el amor en medio de un mundo de ruido e intereses enfrentados? ¿En un mundo, el de la comunicación, atenazado por las encuestas y estudios del EGM? No perdamos de vista de dónde venimos, ni cuál es nuestro objetivo: la verdad.

Esta verdad aparece en el evangelio de san Juan. Jesús nos ofrece una de las declaraciones más radicales y profundas de su enseñanza: “Si permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” (Jn. 8, 31). Una verdad sin ideología, una verdad sin política, una verdad transparente, una verdad sin ambiciones económicas. Una verdad sin color de piel, una verdad sin importarnos el sexo, una verdad sin estar condicionada por la confesión religiosa. Es entonces, cuando estaremos hablando de la auténtica verdad, independiente y libre que brota del evangelio. Jesús defendió y mostró la verdad ante fariseos y saduceos, ofreció su verdad a gentiles, publicanos y extranjeros. Es importante que nos hagamos las siguientes preguntas: ¿qué tipo de verdad ofrecemos a nuestros oyentes?

Jesús no dice simplemente: “Escuchad mi palabra”, sino “permaneced en mi palabra”. Escuchar denota una actitud pasiva; en cambio, permanecer es una actitud de vida y requiere una actitud activa. En un tiempo de inmediatez, de noticias fugaces, de noticias de pocos minutos, la invitación de Jesús es permanecer en la Palabra. Podemos tener la tentación de cambiar de opinión, para vender más o para aumentar los oyentes, pero se os pide una coherencia en vuestra profesión buscando siempre la verdad. Para vosotros, este mensaje es muy actual. La radio vive del presente, de lo que ocurre ahora, de lo inmediato. Pero si no hay una raíz más honda, todo se diluye. Permanecer en la Palabra significa dejar que el Evangelio sea la fuente que inspire cada decisión editorial, cada programa, cada comentario.

Ayer recibíamos con expectación la nueva Exhortación Apostólica del papa León XIV “Dilexit Te” (Te he amado), sobre el amor hacia los pobres. Lo visto hasta ahora me ha gustado. Pone a los pobres en el corazón de Cristo, desde la óptica del amor. Varios textos me han llamado la atención y que inciden en lo mismo, cuando nos dice el papa León XIV: “Existen muchas formas de pobreza: aquella de los que no tienen medios de sustento material, la pobreza del que está marginado socialmente y no tiene instrumentos para dar voz a su dignidad y a sus capacidades” (Dilexit Te, 9). Pone el acento en “los que no tienen instrumentos para dar voz a su dignidad”. Me vais a permitir que sea un tanto trasgresor, porque hay muchos grupos, asociaciones, también medios de comunicación que quieren ser o se definen como “voz de los pobres”, y nunca podremos ser su voz porque no vivimos ni sentimos su situación ni su pobreza. “Los más pobres entre los pobres —los que no sólo carecen de bienes, sino también de voz y de reconocimiento de su dignidad— ocupan un lugar especial en el corazón de Dios. Son los preferidos del Evangelio, los herederos del Reino” (cf. Lc 6,20)(Dilexit Te, 76).

He pasado muchos años trabajando en diferentes cárceles, entre presos, y siempre he manifestado que nunca puedo ser la voz de los pobres, de los presos, sino que he luchado para que ellos tuviesen voz, su propia voz y expresasen sus propios sentimientos. Les pregunto a los directores de nuestra cadena Cope: “En cuántos programas hemos invitado a pobres: llámese presos, inmigrantes, víctima de trata, drogadictos…”. El papa León XIV nos ha avisado de algo que yo llevo denunciando muchos años: “A los pobres les falta instrumentos para dar voz a su dignidad”, que nadie hable por ellos y que nadie decida por ellos. Porque si Cristo está en ellos, ¿puedo yo hablar por Cristo? ¿tengo autoridad para decidir por Cristo?

Queridos hermanos: hoy San Fermín os recuerda que la misión de cada uno de vosotros no es solo dirigir una emisora, sino ser servidores de la verdad, de comunión, de esperanza y ser instrumentos de voz para que los pobres puedan defender su dignidad. Como último deseo me atrevo a deciros a todos los directores de las emisoras Cope de España, lo que le dijo el Cardenal Hummes a Francisco cuando fue elegido papa: “No te olvides de los pobres”. ¡No os olvidéis de los pobres! No quieren que hablen por ellos, quieren hablar ellos y para eso necesitan medios e instrumentos. Y nuestra casa Cope, no digo cadena,  debe ser un buen altavoz para los pobres.

 

+ Florencio Roselló Avellanas O de M

Arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela.

 

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