60 aniversario de Miravalles-El Redín

Homilía pronunciada por el Arzobispo don Florencio Roselló, el pasado 7 de diciembre, en la Catedral de Santa María la Real de Pamplona, con motivo de los 60 años del colegio Miravalle- El Redín

 


Queridos sacerdotes, querida directora, profesores, personal administrativo no docente, familias, antiguos alumnos, alumnos.

Celebrar 60 años de una institución como el colegio Miravalles-El Redin provoca pronunciar una palabra: FELICIDADES por llegar hasta aquí, por vuestra vida y vuestra historia. Pero también nos debe llevar a pronunciar otra palabra: GRACIAS, con mayúsculas. Un agradecimiento primero a Dios, porque su presencia ha acompañado este camino en el colegio y ha acompañado a los alumnos, familias y profesores. Y en segundo lugar gracias a las familias fundadoras que, inspiradas en San Josemaría, promovieron la creación y fundación del colegio Miravalles-El Redín.

Esta celebración me sugiere una mirada que tiene una doble visión:

  1. Por un lado, de acción de gracias, como ya he dicho antes, por estos 60 años de vida de vuestro colegio. Una larga historia que se ha ido tejiendo a través de los alumnos que han pasado por vuestras aulas. Imagino que algunos de ellos luego han sido profesores y otros padres que han enviado a sus hijos al colegio Miravalles. También otros como profesionales que han tratado de vivir en su profesión los valores recibidos en vuestro colegio, entre todos podemos decir GRACIAS.
  2. Pero también estos 60 años es una oportunidad para revisar este camino, para hacer balance de todo lo vivido, realizado y compartido hasta ahora. Echar la vista atrás y mantener todo lo bueno y de positivo que tiene nuestro colegio. Pero también ver si todo lo que hemos hecho ha estado bien, si hemos sido justos con todos los alumnos, profesores o padres. Revisar si hemos escuchado a todos por igual. Revisar si nuestra formación y nuestra enseñanza ha tenido en cuenta también a los alumnos necesitados, diferentes o con necesidades especiales.

El Evangelio que hemos leído nos presenta a Jesús junto a unas barcas, llamando a sus discípulos a remar mar adentro. Esta imagen nos ayuda en la celebración de este aniversario. Porque, en el fondo, la historia de Miravalles ha sido eso: una barca dispuesta a dejar que Cristo suba en ella, a escuchar su palabra y a lanzarse al mar, confiando en su voz. Cuando Jesús le dice a Pedro: “Rema mar adentro” (Lc. 5, 4), le está invitando a confiar, a fiarse de Jesús, a pesar de que han estado pescando toda la noche y no han logrado nada. Los resultados de la pesca han sido muy negativos. Pedro podría haberse negado, pues le comenta a Jesús: “Hemos trabajado toda la noche y no hemos conseguido nada”. (Lc. 5, 5a) Pedro responde con una fe sencilla y valiente: “Por tu palabra echaré las redes” (Lc. 5, 5b). Así también comenzó Miravalles. Hace sesenta años, un grupo de personas creyó en un sueño: educar desde la fe, ofrecer una formación humana y cristiana sólida, construir una comunidad donde se aprendiera no solo a saber, sino a amar, servir y creer. Miravalles-El Redín es una cuestión de fe. Podría haber habido dudas, cansancio o falta de medios —como Pedro y sus redes vacías—, pero alguien escuchó la voz del Señor que decía: “Confía y rema mar adentro”. Este acto de fe, representado en una barca en la que han confiado las familias, que es Miravalles-El Redín, ha permitido llegar hasta aquí.

Vuestro colegio Miravalles tiene una positiva coincidencia, pues camina en paralelo a la Declaración del Concilio Vaticano II “Gravissimun educationis” (sobre la educación cristiana), publicado el 28 de octubre de 1965 y firmado por Pablo VI. Hace unos días celebrábamos también los 60 años. Y con este motivo el papa León XIV ha escrito una carta sobre la educación, Diseñar nuevos mapas de esperanza. Presentando la educación como un horizonte de esperanza, especialmente para las clases más pobres, invitando a todos los centros de educación a ser sensibles a estos hermanos que tienen menos posibilidades.

La declaración conciliar Gravissimum educationis reafirma “el derecho de todos a la educación y señala a la familia como la primera escuela de humanidad. La comunidad eclesial está llamada a apoyar entornos que integren la fe y la cultura, respeten la dignidad de todos y dialoguen con la sociedad. El documento advierte contra cualquier reducción de la educación a una formación funcional o a un instrumento económico: una persona no es un «perfil de competencias», no se reduce a un algoritmo predecible, sino que es un rostro, una historia, una vocación. (4.1.). La educación corre el riesgo de colocar al niño o al joven como una pieza más de nuestra cadena económica, y hay que salvar a la persona.

Colocando en el centro a la persona el papa León insiste que “la educación no es solo transmisión de contenidos, sino aprendizaje de virtudes. Se forman ciudadanos capaces de servir y creyentes capaces de dar testimonio, hombres y mujeres más libres, que ya no están solos. Y la formación no se improvisa” (5.1.). Fijémonos en el detalle, vuestro centro católico antes que nada debe formar personas para servir y dar testimonio, no para producir. “Custodien el corazón: la relación está antes que la opinión, la persona antes que el programa”  (11.2). Cuidemos a la persona, primero el alumno, luego el estudio.

Esta celebración no es un punto y final, sino que tiene visión de futuro buscando la mejor educación de nuestros alumnos. Valorando el acto de fe de los padres que ponen toda su confianza en el proyecto formativo y educativo, de nuestro colegio. Seamos sensibles a los alumnos con problemas y dificultades. Seamos justos en el trato, a todos por igual. Evitemos el abuso y discriminación que tanto prolifera en muchos colegios. Este aniversario no es una meta, sino un nuevo comienzo. Miravalles-el Redin está llamado a ser luz en medio del mundo, escuela de humanidad, justa y solidaria, cercana con el que sufre. Taller de esperanza, donde cada niño y cada joven alumno descubra que la fe ilumina la razón y que la verdad se aprende cuando se ama y se respeta a la persona.

 

+ Florencio Roselló Avellanas O de M

Arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela

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