El pasado 8 de septiembre, la ciudad de Pamplona celebró el 602 aniversario del Privilegio de la Unión con un acto institucional en la Catedral de Santa María la Real. Un aniversario que se unía a los 600 años del fallecimiento del rey Carlos III y al 2100 aniversario de la fundación de la ciudad de Pompaelo.
El evento reunió a cientos de fieles y a las principales autoridades de Navarra, entre las que se encontraba la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite; el presidente del Parlamento de Navarra, Unai Hualde; el alcalde de Pamplona, Joseba Asirón; miembros de la corporación municipal y alcaldes de otras localidades de Navarra, como Tudela, Estella, Sangüesa u Olite.
Los actos comenzaron en la Plaza Consistorial, donde la Comparsa de Gigantes y Cabezudos acompañaron a la Corporación Municipal hasta la seo pamplonesa, donde se celebró un responso y una ofrenda floral ante el mausoleo del rey Carlos III El Noble y la reina Leonor de Trastámara.
Durante el acto, el Arzobispo don Florencio Roselló explicó que el Privilegio de la Unión “era una ley, un estatuto que trajo la paz, el diálogo y la convivencia a nuestra ciudad. Cada año, cuando renovamos el Privilegio de la Unión hacemos una apuesta por la reconciliación, el diálogo, el respeto, el entendimiento y la paz”. En este sentido, apostó por “legislar no desde las ideologías, los intereses personales o partidistas”, sino observando las necesidades de las personas y las comunidades. “Buscaba legislar escuchando a los afectados, desde el respeto a la verdad y a la dignidad del ser humano», explicó. “Que el Privilegio de la Unión no sea simplemente un acto protocolario más. Que profundicemos en su significado, que es buscar la unión entre todos los ciudadanos de Pamplona”, concluyó el Arzobispo.
