El Arzobispado de Pamplona y Tudela, el Ayuntamiento de Ribaforada y la parroquia de San Bartolomé Apóstol han firmado un acuerdo de cesión de uso de la antigua iglesia parroquial del municipio, un edificio actualmente sin culto, pero con gran valor histórico y afectivo para la comunidad.
El contrato, rubricado recientemente, permitirá que este espacio emblemático sea destinado “a satisfacer el interés general de su vecindario”, tal como recoge el documento. De esta forma, el templo se convertirá en un punto de encuentro cultural y artístico, sin perder su posible uso religioso cuando así lo solicite la parroquia.
En la firma del acuerdo participaron el ecónomo diocesano, Jorge Irurzun Tihista; el párroco de San Bartolomé Apóstol, Huynh Nguyen; el alcalde de Ribaforada, Tirso Calvo Zardoya; la secretaria del consistorio, Andrea Lafuente; y el abogado del Arzobispado, Miguel Barrio.
El edificio, situado en el número 1 de la plaza de San Francisco Javier, cuenta con una superficie total de 360 metros cuadrados, distribuidos entre la parte delantera de la antigua iglesia (236 m²) y la posterior (124 m²). El Arzobispado ha cedido al Ayuntamiento el derecho de uso del inmueble con el objetivo de que se lleve a cabo su rehabilitación y recuperación. También se incluye el centro parroquial contiguo, que será demolido para transformarse en espacio público municipal.
La cesión tendrá una duración inicial de cincuenta años, prorrogables por acuerdo entre ambas partes. Durante este tiempo, el Ayuntamiento asumirá el coste de las obras de restauración, así como el mantenimiento del edificio.
El consistorio destinará el inmueble a fines culturales y sociales: exposiciones, conferencias, actuaciones y otras actividades relacionadas con el arte y la cultura, siempre orientadas al bien común de la población. La decisión fue aprobada por el pleno municipal el pasado 23 de octubre.
Un aspecto fundamental del acuerdo es la posibilidad de recuperar el uso religioso del templo. Así, el Ayuntamiento permitirá la celebración de actos de culto cuando lo solicite la parroquia, que podrá trasladar la imagen del santo titular y devolverla posteriormente a su lugar habitual.
Para la comunidad parroquial, esta condición ha sido esencial. El párroco coordinará con el Ayuntamiento las fechas en las que se celebren actos litúrgicos, garantizando el respeto a las creencias y valores cristianos en todas las actividades que acoja este espacio, que sigue siendo, ante todo, un símbolo de fe y de identidad para Ribaforada.

